Tony Iommi: El arquitecto del heavy metal y la oscura génesis de "Black Sabbath"

  Tony Iommi: El arquitecto del heavy metal y la oscura génesis de "Black Sabbath" El 19 de febrero de 1948 nació en Birmingham, Inglaterra, Anthony Frank Iommi, un guitarrista cuyo sonido cambiaría la historia de la música para siempre. Conocido como el pionero del heavy metal, su estilo pesado y oscuro definió el género y sentó las bases para generaciones de músicos. Entre sus innumerables contribuciones, la canción "Black Sabbath", pieza inaugural del álbum debut homónimo de 1970, representa el punto de partida del metal y uno de los momentos más trascendentales de la historia del rock. Un accidente que forjó el sonido del metal Uno de los aspectos más fascinantes de la carrera de Tony Iommi es cómo un accidente en su juventud moldeó su forma de tocar y, en consecuencia, el sonido del heavy metal. Mientras trabajaba en una fábrica de metales a los 17 años, sufrió un accidente que le amputó las puntas de los dedos medios de su mano derecha. Este evento, que pod...

Baroness y un set soñado en la Ciudad de México


Baroness
cerró su gira por Latinoamérica con un concierto a reventar en el Foro Indie Rocks de la Ciudad de México. Ocho fechas marcaron este recorrido, en el que la banda estadounidense alternó entre presentaciones propias y apariciones como invitados de Soen y The Cult en cinco de ellas. En estos conciertos compartidos, su setlist fue más conciso, con actuaciones de alrededor de una hora, aunque igual de demoledoras. Sin embargo, en Argentina, Colombia y México, el público fue testigo de un banquete completo: un set extendido de 1 hora y 45 minutos con 15 canciones que repasaron lo mejor de su discografía.

La noche comenzó con la descarga de Desollado, un grupo mexicano de stoner/doom que evocó la pesadez de Sleep y Cathedral con un set de media hora. Con cada canción, la banda fue ganándose a la audiencia hasta que los aplausos y el ya tradicional "¡Otra, otra!" retumbaron en la sala, una señal inequívoca de que habían dejado huella.

Baroness irrumpió con "Last Word", de su más reciente álbum Stone, y desde el primer instante quedó claro que no necesitan precalentamiento. La estrella de este arranque fue Gina Gleason, cuyo solo extenso y complejo ejecutó con una naturalidad asombrosa, como si su guitarra respirara por sí sola. Desde los primeros acordes, la energía de la banda electrificó el ambiente y estableció una conexión inmediata con la audiencia.

La presentación fue un torbellino de entrega y pasión, con interacción constante entre los músicos y el público. Gleason brilló por su virtuosismo y carisma, complementando la potente voz y presencia de John Baizley, mientras Sebastian Thomson y Nick Jost se encargaban de sostener la estructura rítmica con precisión quirúrgica, sin perder ocasión para bromear entre ellos. Su dinámica en el escenario hizo que algunas canciones rozaran el rock progresivo, mostrando la versatilidad y riqueza musical de la banda.

Pero la conexión de Baroness con Latinoamérica va más allá de la devoción de sus seguidores: está en su ADN. Sebastian Thomson es de origen argentino y Nick Jost está casado con una artista ecuatoriana, lazos que refuerzan su vínculo con la región.

El setlist incluyó momentos cumbre con "A Horse Called Golgotha" y "March to the Sea", y cerró con una explosión catártica al ritmo de "Isak" y "Take My Bones Away". En esta última, los asistentes corearon los versos iniciales—"You lead the way, I'll follow"—como un mantra, un juramento colectivo que reafirma que, mientras existan bandas como Baroness, el rock y el metal seguirán latiendo con fuerza.

Con esta gira, Baroness reafirmó por qué es una de las bandas más destacadas del metal alternativo: su propuesta es más que técnica y potencia, es emoción pura, un ritual sonoro que dejó una marca imborrable en sus seguidores latinoamericanos.

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