(Entrada de archivo) Graveyard en vivo
En el documental Remastered: Devil at the Crossroads, se intenta aclarar la leyenda de Robert Johnson, el maestro del blues que de un momento a otro se convirtió en el mejor guitarrista del mundo tras vender su alma al diablo. Hay un relato muy particular que vale la pena retomar.
Mientras Johnson buscaba a su padre biológico, encontró a Ike Zimmerman, quien era considerado en ese entonces el mejor guitarrista de blues del delta del Mississippi. Ambos solían ir a practicar a un cementerio cercano a la vivienda de Zimmerman, quien le ofrecía un consejo a Johnson: “No importa qué tan mal toques, aquí nadie se va a quejar. Esta es la única forma de aprender a tocar blues”.
Sirva la anécdota para tratar de imaginar a Graveyard como una continuación de esa tradición del blues, devenido a rock, como un ensamble de almas perdidas, buscando sentido a la vida diaria a través de la música. La banda sueca que deleitó a los asistentes a su primer concierto en la Ciudad de México el pasado domingo 12 de mayo en el Foro Indie Rocks, tiene todos los elementos de rock clásico necesarios: un baterista que respeta los ritmos pero es libre como Keith Moon o Ginger Baker, un guitarrista con velocidad pero cadencia perfecta, un bajo que acompaña cada compás agregando brillo y un vocalista con voz áspera que cuenta historias de tentación, desamor, tristeza o desigualdad.
Cuando se les ha preguntado a sus integrantes sobre sus influencias, obviamente han contestado acerca de su admiración por Black Sabbath, Led Zeppelin o Fleetwood Mac, pero hay algo en particular que distingue a Graveyard: eso que comúnmente llamamos “personalidad”, un sello propio, una combinación perfecta entre tributo y originalidad, entre influencia y proyección futura.
En la última canción del set, “The Siren”, Joakim Nilsson canta de manera desgarradora:
“Tonight a demon came into my head, alright
And tried to choke me in my dream
Tonight a demon came into my head, oh
And tried to choke me in my dream
I've still got the demon
Trapped inside my head
She must be some siren
She is in my dream”
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