En mi post anterior , mencioné, con un asterisco y sin número en el conteo, el disco Rheia de Oathbreaker . La razón principal fue que apenas llevaba unos días de haber descubierto ese álbum a través de Reactor 105.7 . Esto es curioso, ya que, excepto por algunos trayectos en auto, rara vez escucho la radio. No siempre disfruto de escuchar Black Metal , y para muchos, este disco ni siquiera pertenece a esa categoría. No obstante, como ha sucedido con Deafheaven y Cobalt en años recientes, la definición más "purista" del Black Metal se ha ampliado, integrando diversos estilos dentro de una estructura que sigue manteniendo como base los blastbeats, voces desgarradas y guitarras que suenan como millares de abejas furiosas. Es precisamente por encima de esta base que el disco Rheia logra su cometido. Para mí, es como si alguien hubiera metido a Sonic Youth y Cat Power en una licuadora, batiendo al máximo nivel y sirviendo la mezcla sin preocuparse por las as...
